La micronutrición como aliada contra la bajada de defensas
El invierno esta «a la vuelta de la esquina» y con él solemos dar la bienvenida forzosa a los molestos procesos gripales, catarros, resfriados y dolores de garganta. Abrigarse y no exponerse a cambios bruscos de temperatura es un primer paso, pero podemos hacer algo más por ayudar a nuestro organismo. Hoy os daremos las claves para reforzar el sistema inmunitario y actuar desde la prevención mediante dos vías: La alimentación y la micronutrición.
Alimentación: Elegir cuidadosamente lo que comemos, en base a lo que nos aporta, en vez de comer lo primero que se nos ocurre, debería ser ejercicio obligado cada día. En invierno, podemos incorporar determinados alimentos que aumentarán la resistencia de nuestro organismo frente a las agresiones.
Micronutrición: Estudia cómo influyen los micronutrientes, (vitaminas, minerales, oligoelementos y ácidos grasos esenciales), en nuestra salud con el fin de detectar posibles carencias y optimizar el equilibrio micronutricional de cada persona con suplementos alimenticios. Sirve para tratar problemas funcionales provocados por déficit de determinados elementos y también actúa en la prevención de enfermedades contribuyendo a regular las funciones del organismo.
Vitamina C: Entre los más recomendados esta la vitamina C por sus propiedades *antioxidantes, antibacterianas e inmunitarias*. Se encuentra naturalmente en naranjas pero incluso en mayor concentración en frutas como el limón, kiwi o pomelo. Tiene acción antibacteriana y permite luchar contra los primeros síntomas asociados a un proceso catarral.
Desgraciadamente, la calidad y cantidad de vitamina C asociada a estas frutas se ve disminuida por los métodos de producción, cambios climáticos, contaminación y tiempo que transcurre entre la recolecta y su consumo. Por ello, la cantidad de vitamina C se encuentra disminuida y para alcanzar entre los 80 y 100mg necesarios para conseguir el efecto deseado, es recomendable optar por la suplementación nutricional de calidad.
Para optimizar la resistencia a estos procesos, se puede combinar la vitamina C con probióticos (bifidobacterium y lactobacillus) ya que contribuyen a regular el sistema inmune, defendiendo al organismo de una gran variedad de agentes patógenos responsable de algunas enfermedades; sin olvidarnos de la vitamina D. Esta vitamina es un potente activador de glóbulos blancos, responsables de la producción de anticuerpos, proporcionando una excelente defensa inmunitaria. Se recomienda tomar la forma natural de la vitamina D asociada con Vitamina A (es un elemento clave para los sistemas y mecanismos relacionados con la inmunidad).
Vitamina A y D: Ambas vitaminas (A y D), se encuentran en alimentos de origen animal ricos en grasas como el pescado azul, vísceras y lácteos no desnatados. También podemos encontrarlas en alimentos de origen vegetal, como son batata, zanahoria, calabaza, albaricoque, melón o productos ricos en soja como el tofu. El aporte correcto de estos micronutrientes ayudan a una correcta preparación del sistema inmunitario ante la llegada del invierno.
La combinación perfecta para afrontar con un buen estado de salud y bienestar esta época del año, es una correcta alimentación y suplementación, para evitar déficits y carencias nutricionales que puedan afectarnos durante la época invernal.
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