Una correcta alimentación en el embarazo ayuda a que este se desarrolle sin complicaciones, favorece el crecimiento del feto y proporciona mejor calidad de vida a la mujer embarazada. Así mismo, se ha incrementado la demanda de ayuda profesional durante la etapa de búsqueda de embarazo ya que la alimentación influye en la calidad ovárica y espermática.
Es tan importante saber qué no puede comer una embarazada como conocer las fuentes de nutrientes necesarias para elegir bien los alimentos. Guiarse por falsos mitos que circulan acerca de cómo alimentarse durante el embarazo es un error (por ejemplo, el tan extendido “hay que comer por dos”) y puede llevar a situaciones de cierto riesgo.
Contrariamente a la creencia popular, durante el primer trimestre no es necesario aumentar el número de calorías que se ingieren. Sin embargo, a partir del segundo trimestre aumenta la demanda de diversos nutrientes, así como de energía. Saber qué comer y en qué cantidades contribuirá a un mayor bienestar para la madre y el bebé.
Los macronutrientes como las proteínas, grasas e hidratos de carbono, intervienen en la formación de los tejidos del feto así como en la formación del sistema nervioso.
Los micronutrientes como el ácido fólico, vitaminas del grupo B, hierro, calcio y yodo, son parte fundamental de la nutrición para embarazadas ya que favorecen el correcto desarrollo del bebé.