Hace unos años, la herramienta para clasificar si nuestro peso era suficiente, insuficiente o excesivo era el IMC (índice de masa corporal). Este valor sólo tiene en cuenta la relación entre el peso y la altura por lo que cada vez está más cuestionada como herramienta válida en el diagnóstico y evaluación del sobrepeso u obesidad.
La báscula de casa nos informa de cuánto pesamos pero no diferencia entre nuestro porcentaje de masa grasa o masa muscular. No es lo mismo un cuerpo musculado “de gimnasio” que es pura fibra que otro con el mismo peso, pero con más masa grasa que ha seguido una vida sedentaria en los últimos años. El primero, seguramente estará en su peso óptimo y el segundo, probablemente tendrá un porcentaje mucho mayor de masa grasa. Lo veremos mejor con un ejemplo:
Varón, de 42 años. Altura: 180cm. Peso: 90kg. IMC = 27.7
Según este IMC esta persona estaría en sobrepeso. Sería acertado si esta persona tuviera un exceso de grasa corporal, pero ¿qué pasaría si en vez de grasa ese peso correspondiera a masa muscular? Pues que en absoluto tendría sobrepeso a pesar de un IMC>25.
¿Qué es la composición corporal?
La composición corporal se obtiene mediante un estudio de nuestro cuerpo mediante medidas y evaluaciones de su forma, tamaño y proporcionalidad. Sin olvidar la edad biológica y sus funciones corporales. Es de gran ayuda para entender los procesos implicados en disminución de grasa o aumento de masa muscular entre otros. En el campo de la nutrición es una herramienta básica para comprobar la efectividad de la dieta en la perdida proporcionada y saludable de grasa corporal y regulación de líquidos.
Actualmente, los profesionales en salud nutricional han manifestado la necesidad de considerar valores tan importantes como la masa grasa, masa muscular, masa ósea y por supuesto el porcentaje de agua. Considerando estos valores podremos evaluar el estado nutricional del paciente y aplicar las pautas alimenticias adecuadas y el entrenamiento preciso en caso necesario.
¿Cómo podemos medir la composición corporal?
Es necesario disponer de un aparato de Bioimpedancia (BIA) que permita valorar el agua intra y extra celular, pudiendo considerar así los diferentes “compartimentos corporales”.
Las mediciones se basan en el hecho de que los tejidos como músculos y sangre contienen altos niveles de agua y electrolitos y, por tanto, actúan como conductores de una señal eléctrica. El tejido graso es, en comparación, menos acuoso y ofrece resistencia al paso de la señal eléctrica. El aumento de los valores de impedancia se corresponde por tanto, a niveles más altos de grasa corporal.
Estos aparatos son tremendamente útiles para los profesionales del mundo de la nutrición y el deporte, pero la aparatología no lo es todo. El éxito está en la interpretación de los datos. Por ello, es necesario que estas mediciones sean supervisadas por una persona con la formación correspondiente. Un diagnóstico errado conduce a seguir pautas erróneas en algo tan importante como nuestra salud.
¿Quieres conocer tu composición corporal?
En Salud 10 disponemos de aparatología de última generación para la medición de la composición corporal, además del equipo humano cualificado para la interpretación de los datos. La bioimpendacia nos ayuda a entender a nuestro cuerpo y a personalizar la alimentación en función de los valores de los compartimentos corporales. Lo ofrecemos a nuestros pacientes y te brindamos la oportunidad de acudir a una medición. No lo dudes, conoce tu cuerpo más allá de la báscula de casa, ¡te sorprenderá!
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