La gran mayoría de enfermedades que padecemos son poligénicas, es decir, dependen de la combinación de varios genes para que se desarrollen.
Los nutrientes que ingerimos diariamente pueden influir en esta combinación pero hay que tener en cuenta que cada persona responde de una forma diferente a la alimentación.
Gracias a los test nutrigenéticos podemos averiguar cuántos genes tenemos similares a los implicados en una determinada enfermedad. Es decir, podemos conocer la probabilidad de padecer una enfermedad y, con ello, la oportunidad de prevenir su aparición si modificamos nuestra dieta.