El pasado domingo, día 29, se celebró el Día Mundial del Ictus, primera causa de muerte en mujeres españolas y la segunda en los hombres, según la Federación Española de Ictus. Esta misma organización nos alerta que en nuestro país cada seis minutos se produce un ictus. Por esta misma razón, la prevención es una de las claves para frenar el aumento de cifras de personas afectadas por esta enfermedad. En este aspecto, la nutrición es una gran aliada.
En este post te ofrecemos algunos consejos nutricionales que pueden ayudar a evitar los factores de riesgo causantes de un ictus.
¿Cuáles son los factores de riesgo para sufrir un ictus?
Los principales factores de riesgo son:
- Hipertensión
- Niveles elevados de colesterol
- Arritmias
- Diabetes
Estos factores se denominan factores de riesgo modificables, ya que pueden revertirse, al contrario que los no modificables, como son los antecedentes familiares, la edad o el sexo. Hay otros factores denominados potenciales, como la falta de actividad física, la obesidad o una nutrición deficiente, que pueden generar alguna predisposición a la enfermedad.
¿Cómo pueden prevenirse estos factores?
La principal forma de prevención es tener un estilo de vida saludable, reeducando nuestros hábitos de alimentación y realizando actividad física.
- Dieta sana y equilibrada: aumenta la variedad y diversidad de alimentos de tu dieta, priorizando las verduras, frutas y hortalizas, semillas, cereales, frutos secos y carnes magras. Modera y reduce el consumo de grasas saturadas y carnes rojas y aumenta la ingesta de las grasas “buenas”, como las presentes en el aceite de oliva, el aguacate, y algunos frutos secos.
- Si padeces diabetes o tienes antecedentes familiares, los controles periódicos son importantes para asegurar unos correctos niveles de glucosa. Los pacientes diabéticos pueden tener un mayor riesgo de padecer ictus cuando sus controles no son adecuados.
- Hipertensión: se considera uno de los principales factores de riesgo para la aparición del ictus. Por esta razón, es esencial el control de la tensión arterial, especialmente si el paciente es hipertenso, con el objetivo de evitar la aparición o recurrencia del ictus.
- Colesterol: una dieta saludable y ejercicio físico pueden ayudar a regular los niveles de colesterol, pero es recomendable asesoramiento médico, ya que un profesional decidirá si es necesaria la toma de estatinas, medicamentos que controlan los niveles de colesterol en sangre.
¿Cómo recuperarme tras un ictus?
La rehabilitación es uno de los aspectos fundamentales para favorecer la recuperación y minimizar las secuelas que puede haber producido un ictus. Aquí encontrarás información sobre los aspectos de la rehabilitación en las distintas fases de la enfermedad.
Una vez que se ha recuperado gran parte de la movilidad física, la actividad y el ejercicio son aconsejables para garantizar una recuperación exitosa y una buena reincorporación a los hábitos diarios.
La alimentación, una vez más, es muy importante en este proceso de recuperación. A una dieta saludable debe acompañarle un proceso de reeducación alimentaria; no se trata únicamente de cambiar nuestra dieta mientras nos recuperamos de la enfermedad, sino de modificar nuestra forma de alimentarnos de forma permanente para evitar la reaparición del ictus y ganar calidad de vida.
¿Tienes factores de riesgo y quieres cambiar tu dieta? ¿Has sufrido un ictus y quieres cambiar tus hábitos de alimentación? En nuestra Unidad de Nutrición podemos asesorarte para ofrecerte un tratamiento adaptado a tu caso. Solicita con nosotros una visita informativa gratuita a través del siguiente formulario y contactaremos contigo:
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