¿Qué deberías comer antes y después de someterte a una intervención quirúrgica? Si estás a punto de pasar por quirófano o hace poco que lo has hecho, este post te va a resultar de gran ayuda. Te vamos dar las claves para llevar una buena alimentación tanto en el pre-operatorio como en el período post-quirúrgico.
Si elegimos los alimentos adecuados, podemos ayudar al cuerpo a enfrentarse a una cirugía y a reponerse tras ella en las mejores condiciones. Una cirugía nos deja vulnerables y expuestos a infecciones.
Al igual que adaptamos la alimentación a la actividad física, debemos ayudar al organismo a prepararse y a recuperarse ante una cirugía. Te contamos cómo.
¿Qué alimentos debemos consumir en un preoperatorio?
Antes de nada, el cirujano nos solicitará una analítica de sangre y orina. La finalidad es conocer nuestro estado de salud antes de entrar al quirófano.
La analítica, junto a una evaluación médica, detectará si existe algún déficit nutricional. En función de ello y del tipo de cirugía, el médico marcará una serie de pautas de alimentación.
En cualquier caso, es recomendable que durante los días previos a una cirugía sigamos una dieta fácil de digerir basada en:
- Alimentos bajos en grasa.
- Alimentos de baja estimulación gástrica (no condimentados, sin especias picantes, ni ácidos).
- Evitar excitantes (café, té, bebidas con cafeína, etc.), ya que pueden subir la tensión arterial.
- Cocina ligera: alimentos al vapor, a la plancha o hervido, ¡evitar los fritos!
- Evitar el alcohol.
Consejos previos a la cirugía
Además, es aconsejable evitar el tabaco. Dificulta la correcta circulación de la sangre y puede provocar un aumento de la tensión arterial. También conviene prescindir de los productos con azúcares refinados, que favorecen la inflamación.
Si la cirugía es por la mañana, la noche previa a la intervención se debería cenar entre tres y cuatro horas antes de acostarse. El objetivo principal de facilitar la digestión.
Con una buena dieta preoperatoria, ayudaremos a nuestro cuerpo a cicatrizar mejor y a evitar las infecciones tras la cirugía.
En el caso de pacientes que se someten a una cirugía de la obesidad, previsiblemente se les indicará una dieta específica semanas o meses antes de la intervención.
El sobrepeso aumenta el riesgo de complicaciones durante y después de la cirugía. Lo mismo ocurre en operaciones con riesgo de desnutrición, cirugías que afecten al tracto intestinal o aquellas asociadas a tumoraciones.
¿Por qué acudir en ayunas a la cirugía?
Si ya hemos pasado la experiencia de una intervención quirúrgica, probablemente sabemos que se debe acudir en ayunas, aunque se trate de una cirugía menor. El objetivo es evitar que el contenido del estómago pase a los pulmones, produciéndose la llamada neumonía por aspiración.
En condiciones normales, contamos con reflejos que protegen nuestras vías aéreas de esta aspiración. Sin embargo, durante una anestesia, estos reflejos quedan suspendidos.
La recomendación del ayuno se aplica a las intervenciones con anestesia general, sedación o incluso las que requieren únicamente anestesia local. La razón es que podría ser preciso administrar más anestesia si existe alguna complicación.
¿Qué dieta seguir después de una intervención quirúrgica?
Tras una cirugía, es habitual que aparezca incomodidad y dolor en la zona afectada. Dependiendo del tipo de intervención, recibiremos unas pautas a seguir con el objetivo de facilitar la recuperación. La alimentación es parte de este plan de recuperación.
Uno de los principales objetivos durante el postoperatorio es la regeneración de los tejidos tisulares, así como la cicatrización de las heridas quirúrgicas.
Por ello, es recomendable tomar alimentos ricos en vitaminas, minerales y proteínas. Aunque algunas intervenciones requerirán una dieta postoperatoria específica, debemos saber que existen diversos tipos de dieta hospitalaria o postoperatoria.
Tipos de dieta
- Dieta absoluta: no se ingieren ninguna clase de alimentos, ni tan sólo líquidos.
- Alimentos líquidos: suelen aconsejarse tras cirugías en el aparato digestivo, así como en los casos en los que el paciente tenga dificultades para masticar y/o tragar tras la intervención.
- Dieta semi-blanda: en muchas ocasiones es una dieta “de transición” entre la dieta líquida y la blanda. Facilita la digestión al ser baja en fibra y grasas.
- Dieta blanda: de baja estimulación gástrica. Se indica cuando es necesario que el aparato digestivo realice poco trabajo de cara a su recuperación.
ATENCIÓN:
Comúnmente tendemos a pensar que la dieta blanda debe ser a base de poco más que hervidos y caldos. Sin embargo, hoy en día son muchos los especialistas que aconsejan ampliar las opciones, ya que se pueden comer más cosas. En general, en una dieta blanda pueden consumirse pan, cereales, féculas, carnes y pescados blancos, lácteos naturales y poco grasos, verduras cocidas, legumbres en puré (probando antes la tolerancia del cuerpo ingiriendo pequeñas cantidades). También se aceptan pequeñas cantidades de grasas saludables, como puede ser el aceite de oliva virgen extra y el aguacate.
- Dieta basal: el paciente no precisa de unas indicaciones dietéticas específicas y puede tomar una alimentación variada. El objetivo es que se trata de una dieta equilibrada, que cubra las necesidades nutricionales y calóricas del paciente.
Excepto en la dieta absoluta, en la que no se ingiere ningún alimento, la hidratación es importante. Beber líquidos en abundancia, preferiblemente agua, es una norma básica.
Hay cirugías en la que la dieta es clave para la intervención. Tras una cirugía de tumoración cancerígena, la dieta postoperatoria ayudará a evitar y/o revertir la desnutrición. Si se trata de una cirugía del tubo digestivo, la dieta es clave para la adaptación de la digestión a la nueva situación intestinal.
En cuanto a suplementación, podría ser aconsejable tomar algún suplemento de vitaminas. La razón es que tal vez no absorban bien las proteínas (por ejemplo, en el caso de la cirugía bariátrica). Consulta siempre con tu médico si debes tomar algún tipo de suplementación.
La importancia de comer despacio e hidratarse bien
Normalmente uno puede volver a ingerir alimentos unas horas después de la cirugía. Es fundamental que las primeras ingestas estén libres de estimulantes o picantes. Además, deben tratarse de texturas suaves y fáciles de digerir.
Además, las comidas deben ser ligeras. Es preferible comer de forma ligera y con frecuencia, a ingerir comidas pesadas y que dificulten la digestión.
La hidratación es un aspecto esencial para favorecer la recuperación del organismo. Se aconseja beber agua por encima de cualquier otro líquido.
Conclusión
Si próximamente vas a someterte a una cirugía y quieres cuidar tu alimentación antes y después, nuestro equipo puede ayudarte a encontrar las opciones más adecuadas. Tendremos en cuenta el tipo de intervención y el diagnóstico. Haz clic aquí para solicitar una visita informativa gratuita.
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