Quiero comenzar el curso proponiéndote sencillas acciones que podrás incorporar a tu día a día fácilmente para mejorar tu alimentación y por tanto, tu calidad de vida. En este post te cuento la primera de siete que se centra en cómo acabas y comienzas tu día.
¿Has vuelto a la rutina post vacacional y a tus horarios habituales? Pues es el momento de planificar que tus menús diarios sean saludables para ti y toda la familia. Comienza por los desayunos, un buen desayuno tiene el poder de mejorar tu rendimiento, actitud y bienestar durante el resto del día. Puedes plantear un desayuno igual para toda la familia con ciertas variantes según edades y condiciones. Lo principal es que podáis dedicar el tiempo necesario para sentaros y disfrutar de esa primera comida que es tan importante para empezar bien el día, a todas las edades. Vivir sola no es motivo para saltarte el desayuno, ¡al contrario! Cuida este tiempo contigo misma, prepárate un buen mix que te apetezca y aprovecha para digerir con calma y planificar tu día o leer algo de prensa.
Si a día de hoy no dispones de ese tiempo, hay que crearlo. Irse a dormir a la hora apropiada para tener el descanso justo es prioritario. ¿Procuras dormir ocho horas y fijas la hora de meterte en la cama? ¿Realmente, te compensa ese tiempo que dedicas a la tele y que restas a tu descanso? Haz la prueba, vete a dormir un poco antes, para poder amanecer al día siguiente con algo más de tiempo.
Te invito a inviertas más tiempo en un verdadero descanso para poder levantarte media hora antes y disfrutar de un tiempo necesario para comenzar el día con el aporte de nutrientes y sobre todo de calma, que sin duda mejorarán el tono del resto del día.
¿Más ideas para comenzar bien el día? Aquí 🙂