La adolescencia es uno de los períodos críticos, ya que la persona suele rebelarse en contra de lo establecido, por lo que puede resultar difícil inculcar la necesidad de tener unos hábitos saludables, sobre todo si va a suponer un cambio drástico en las rutinas. Además, tal y como afirma la Asociación Española de Pediatría, durante la adolescencia se producen una serie de cambios en la composición corporal, en los que la nutrición juega un papel importante.
La realidad es que el sobrepeso y la obesidad están aumentando de forma alarmante entre los jóvenes. Así lo demuestran las cifras y estudios: según la OMS, la cifra de los niños y jóvenes entre 5 y 19 años con obesidad se ha multiplicado por cinco en los últimos decenios. Si en 1975 era de 11 millones, a finales de 2016 pasó a ser de 124 millones. Este número no incluye a los jóvenes con sobrepeso, que eran 213 millones.
Estos alarmantes datos muestran que, efectivamente, los jóvenes se alimentan mal. ¿Cuáles son las causas y las consecuencias de esta mala alimentación? ¿Cómo podemos ponerle remedio? En este post vamos a abordar este tema tan preocupante, intentando ofrecer soluciones y, sobre todo, formas de prevenir el sobrepeso y la obesidad.
¿Cuáles son las causas de esta mala alimentación entre los jóvenes?
Una de las principales razones por las que los jóvenes no siguen una alimentación saludable es debido a los malos hábitos que puedan haber adquirido con anterioridad. Es en la familia donde el niño ha aprendido una serie de hábitos que se van reproduciendo durante su vida si estos no se modifican. Sin embargo, pese a haber tenido buenos referentes en su casa, es posible que el adolescente no los reproduzca.
Por otra parte, los jóvenes están expuestos a una publicidad muy agresiva, donde les venden productos muy apetecibles, sabrosos y fáciles de preparar y consumir. Además, parece que está extendida entre los adolescentes la idea de que alimentarse de forma saludable es algo «impopular»; los productos ultraprocesados también son una forma de relacionarse: salir a tomar un refresco, cenar en un puesto de comida rápida, etc.
¿Cuáles son las consecuencias de una mala alimentación en la adolescencia?
Las consecuencias de no tener una alimentación completa y saludable en la adolescencia pueden ser numerosas. En primer lugar, puede dar pie a desarrollar enfermedades a corto plazo o durante la edad adulta: diabetes, anemia, exceso de colesterol, problemas cardiovasculares, sobrepeso y obesidad, dificultades respiratorias, entre otros. A corto plazo pueden producirse alteraciones de crecimiento, así como un exceso de peso.
Una alimentación rica en azúcares, la bollería o los alimentos excesivamente fritos también son los responsable de causar un envejecimiento prematuro.
Prevención y educación en hábitos saludables
La prevención es la principal manera de evitar estas consecuencias para la salud. Esto se traduce en adoptar unos hábitos saludables en casa y enseñarlos a nuestros hijos desde que son pequeños. En muchas ocasiones, esto implica que nosotros mismos hagamos el esfuerzo por cambiar nuestras rutinas y optemos por una alimentación equilibrada. El ejemplo es la forma de educar.
Algunos de estos hábitos saludables son:
- Alimentación completa, saludable y equilibrada
- Evitar el consumo de ultraprocesados
- Reducir o eliminar el consumo de refrescos
- Optar por snacks saludables: frutos secos, fruta deshidratada, chocolate negro, etc., en lugar de las patatillas, bollería o golosinas
- Practicar ejercicio y actividades al aire libre. Fomentar la idea de que se puede tener un ocio de calidad y divertido sin necesidad de pasar horas ante una pantalla de ordenador o de televisión.
Aunque esto es lo deseable, no siempre se da esta situación, y podemos encontrarnos ante familias que buscar cambiar los hábitos y la alimentación de sus hijos adolescentes y se encuentran con un rechazo y resistencia por su parte. Ante estos casos, es necesario mostrarles los riesgos que tiene para su salud no tener una alimentación completa y equilibrada. Contar con el asesoramiento de un profesional es aconsejable, especialmente si el adolescente ya padece algún grado de sobrepeso y obesidad o tiene alguna patología.
Si quieres que tu hijo/a tenga un cambio en su alimentación y, además, buscas un «cambio de chip» en tu familia en cuanto a hábitos se refiere, solicita una visita informativa gratuita y te asesoraremos acerca de la opción más adecuada para vuestro caso. Rellena el formulario que encontrarás a la derecha de esta página y nos pondremos en contacto contigo.