Muchos anuncios prometen dietas milagro y publicitan productos llamados «quemagrasas», que afirman ayudar a eliminar el exceso de grasa de una forma sencilla y prácticamente sin esfuerzo, de modo que hoy nos proponemos analizar qué hay de cierto en ello. Es la época del año en la que muchas personas iniciarán la llamada «operación bikini» para verse mejor cuando la ropa que llevemos sea más ligera y deje más piel al descubierto. Seguro que más de uno sueña con una pastilla que elimine como por arte de magia esos kilos de más que, sin darnos cuenta, se han adherido a nuestra silueta durante el invierno.
¿Realmente se puede bajar de peso tomando pastillas? Eliminar los kilos extra, implica cambiar una serie de hábitos en la forma de alimentarnos, así como introducir el ejercicio físico y mantenerlo a lo largo del tiempo.
Los milagros no existen
Como norma general debemos desconfiar de la publicidad que promete «milagros» tales como bajar de peso mediante una pastilla. Cuando decidimos iniciar una dieta o un tratamiento para perder masa grasa, es importante conocer nuestro contexto y nuestro estado físico, ya que no todas las opciones son válidas para todo el mundo. Además, si queremos mantener los resultados en el tiempo, la bajada de peso debe ir acompañada de un cambio de hábitos en nuestra forma de alimentarnos y en la práctica de ejercicio. Por tanto, para bajar de peso entran en juego varios factores: nuestros objetivos, nuestra forma física de partida, un cambio de hábitos a medio-largo plazo y el deporte.
¿Qué tipos de quema-grasas hay?
Existen tres tipos de productos denominados «quema-grasas». En primer lugar, los que incrementan la quema grasa en lugar de proteína o hidrato. No hay evidencia científica que demuestre su eficacia. En segundo lugar, existen los productos de parafarmacia denominados «quema-grasas» que inhiben la captación de grasa de la dieta. Estos productos sí que tienen evidencia científica de que ayudan a bajar de peso, pero comprometen nuestra salud. Por último, existen aquellos productos que aceleran el ritmo cardíaco y el metabolismo y se gasta más energía. Sin embargo, tienen efectos no deseados, incluyendo problemas cardíacos.
¿Realmente funcionan estos productos «quema-grasas»?
Seguramente habrás oído el testimonios de personas que, han probado estos productos y han dicho que sus resultados son evidentes y muy positivos. Si estamos realizando una dieta acorde a nuestros objetivos y la acompañamos de la práctica de ejercicio, es difícil averiguar si el efecto de la bajada de peso se debe al producto quema-grasa o más bien a los nuevos hábitos de alimentación y a la actividad física. Es decir, estos productos no son los responsables de que se elimine peso pero combinados con una dieta restrictiva en grasas y con ejercicio, podrían tener un efecto beneficioso aunque hacen falta estudios clínicos para demostrarlo de forma científica.
Si queremos eliminar los kilos que nos sobran, la mejor opción siempre es recurrir a los alimentos «reales», con una pauta o dieta acorde a nuestras metas y, por supuesto, con el apoyo de un profesional. Para mantener unos resultados a largo plazo, la dieta o el tratamiento debe ir seguido de modificaciones en nuestros hábitos y en la forma de alimentarnos. Lograr un cambio visible, efectivo y duradero en nuestro organismo no es algo que se logre en dos días ni existen productos milagrosos que hagan el trabajo por nosotros.
En Salud-10 sabemos que un planteamiento personalizado y la obtención de nuevos hábitos son clave para mejorar nuestra calidad de vida. No se trata de estar a dieta permanentemente, sino de aprender a disfrutar de la comida de una forma saludable mientras elegimos los alimentos que más nos aportan de forma consciente.
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