Hoy, día 11 de abril, es el Día Mundial del Parkinson, una enfermedad neurodegenerativa que provoca la aparición de síntomas motores (visibles, como el temblor en reposo y inestabilidad postural, entre otros) y no motores (como el deterioro cognitivo) y es crónica. En algunos pacientes es de lenta evolución, pero en otros puede avanzar más rápidamente. Actualmente se desconocen las causas de la aparición de esta enfermedad. Sin embargo, recientes estudios han demostrado que algunos nutrientes podrían estar relacionados con un menor riesgo de padecer Parkinson o con una lentitud en su avance. En cualquier caso, la alimentación juega un papel importante en las personas que lo padecen, ya que en esta enfermedad pueden aparecer una serie de problemas nutricionales. ¿Cuáles son y cómo paliarlos? ¿Qué nutrientes podrían ayudar en la prevención de su aparición? En este post intentamos responder a estas y otras preguntas.
¿Cómo se diagnostica?
Lo cierto es que no hay una única forma de diagnosticar el Parkinson o una prueba específica. Por ello, es aconsejable acudir al médico los empiezan a manifestarse síntomas. Hay una serie de signos tempranos que no tienen ninguna otra explicación (medicamentos, otras enfermedades, etc.), además de los síntomas clásicos, que pueden ayudar a elaborar un diagnóstico:
- Sensación de tener un temblor interno
- Síntomas clásicos de la enfermedad que se manifiestan en un lado del cuerpo
- Rigidez, hormigueo o adormecimiento de la extremidades
- Letra pequeña a la hora de escribir, en comparación con la escritura que se tenía anteriormente
- Cambios en el volumen de la voz
- Falta de expresión facial
- Espalda encorvada
- Pérdida de olfato
¿Qué problemas nutricionales pueden darse al padecer Parkinson?
Las personas que padecen esta enfermedad pueden ser especialmente vulnerables a padecer malnutrición debido a la pérdida de peso que se produce, la medicación que debe tomarse, el estreñimiento, las dificultades motoras (capacidad de iniciar los movimientos, lentitud, rigidez, etc.) y otros factores.Además, el diagnóstico de esta patología suele provocar depresión, ansiedad y apatía.
La medicación también puede provocar una serie de efectos secundarios que influyen en la nutrición de los pacientes. Algunos de estos efectos son vómitos, náuseas, bajada de peso y consecuente disminución del IMC. Algunos medicamentos también pueden provocar apatía y fatiga.
También puede darse el caso de que las personas con Parkinson aumenten la cantidad de comida que ingieren. Esto se explica porque el proceso de neurogeneración que sufre el organismo implica un mayor gasto energético.
Por todas estas razones, el diagnóstico de la enfermedad debe acompañarse un asesoramiento con un especialista en Nutrición para que ajuste la alimentación a la nueva situación del paciente
¿Puede prevenirse con la alimentación?
Ojalá pudiéramos afirmar que es posible, pero a día de hoy no es así. Según la FEP (Federación Española de Parkinson), son necesarias más evidencias para poder afirmar con total seguridad que haya factores dietéticos que ayuden a retrasar la enfermedad. Algunos estudios, como el que se encuentra en la publicación Nutrición Clínica en Medicina del año 2017, (puedes leerlo aquí) adelantan que el consumo de una elevada cantidad de lácteos podría aumentar el riesgo de padecer Parkinson, pero son necesarios más estudios para determinar qué componentes de la leche podrían favorecer este aumento.
En cuanto a nutrientes que podrían relacionarse con un atraso en la aparición de la patología, esta misma publicación explica que las vitaminas A,B,C,D, E, los flavonoides, la cafeína o ciertos ácidos grasos podrían tener algún factor protector frente al Parkinson, pero son datos que deben tomarse con cautela, ya actualmente siguen desconociéndose las causas de su aparición y, por tanto, no es fácil hablar con seguridad de un método preventivo. El cualquier caso, sí que puede afirmarse que una alimentación saludable, rica en alimentos de origen vegetal, pescado y frutos secos y una forma de alimentarnos lo más asociada posible a la llamada dieta mediterránea tiene consecuencias positivas en todos los aspectos de la salud.
Si tú o alguien de tu entorno padece esta enfermedad y quieres un asesoramiento nutricional, solicita una visita informativa gratuita con nosotros a través del siguiente formulario. Conoceremos tu caso y te orientaremos hacia el mejor profesional de nuestro equipo y tratamiento para tu caso.
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