El consumo de quinoa (también llamada quinua) se ha incorporado a la alimentación occidental, traspasando las fronteras de la cordillera andina, principalmente Bolivia, su principal exportador. Hasta ahora, era uno de los principales alimentos de subsistencia de la población indígena, y era infravalorada por el resto de la población. Sin embargo, el «descubrimiento» de sus excepcionales propiedades nutritivas, avaladas por la NASA (Agencia espacial norteamericana) que está estudiando incorporarla al régimen alimenticio de sus astronautas, así como la declaración de la ONU en 2013 como el Año internacional de la Quinua, la han puesto de moda.
La quinua es un pseudocereal que se adapta a los valles secos y a los húmedos, que se desarrolla incluso a nivel del mar, capaz de aguantar temperaturas bajo cero y calores extremos. Existen tres variedades más conocidas, la blanca, la roja y la negra. Se comen como un grano, no tiene gluten y es más fácil de digerir que el maíz, el trigo, el centeno o el mijo.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la quinua, considerada por los incas como la madre de todas las semillas, se emplea para tratar más de 22 dolencias; tiene un alto contenido en vitaminas y en minerales como hierro, fósforo, potasio calcio, zinc y magnesio. Es perfecta para los diabéticos por su almidón de bajo índice glicémico. También es apta para los celiacos porque sus ácidos grasos no contienen gluten y sus altos porcentajes de fibra hacen de ella el mecanismo ideal para eliminar toxinas y otros residuos que son perjudiciales para el organismo.
Actualmente, el grano se presenta como postre, como aperitivo, como entrante y como bocadito, en fideos y galletas, con huevo, con chocolate y hasta con sushi; incluso hay fabricación de cerveza elaborada a partir de este grano. Normalmente está lavada cuando la compramos envasada, si no es así se debe lavar hasta que esté limpia.
Cocinarla no supone ninguna dificultad, al igual que el arroz se usan dos medidas de agua por una de de quinoa, y se cuece a fuego lento. La quinoa tiene una textura crujiente después de cocerla. Por su sabor característico puede acompañarse tanto de dulce como de salado. Por su textura crujiente le pueden ir bien alimentos blandos, como el aguacate o la bechamel. En resumen, además de saludable es muy versátil pues puede combinarse a la perfección con múltiples alimentos. He aquí un ejemplo:
Ensalada Templada de Quinoa, Espinacas y Parmesano
Ingredientes: 1 taza de quinoa, 1 1/2 tazas de agua, 1/2 taza de piñones o 1/4 de nueces de girasol, 1 diente de ajo picado (opcional), 2 tazas de espinacas tiernas y frescas, 1 cucharada de jugo de limón, 1 taza de queso parmesano (o de otro tipo). En una cacerola, poner el agua, la quinoa y una pizca de sal, a hervir. Reducir el fuego a medio-bajo, tapar y deja cocinar hasta que la quinoa esté suave y el agua se haya absorbido. Retirar la quinoa y dejar aparte.En un sartén, calentar aceite de oliva a fuego medio. Agrega los piñones o nueces de girasol y cocinar hasta que se tuesten ligeramente. Agregar el ajo y cocinar hasta que se ablande.
Agregar la quinoa y las espinacas. Cocinar y mezclar hasta que las espinacas se ablanden. Agregar el jugo de limón y los demás ingredientes, más una pizca de queso. Mezclar hasta que el queso se haya fundido. Servir espolvoreado con el queso restante.