Suele decirse que dormir poco engorda, sin que se conozca muy bien la relación entre falta de sueño y subida de peso. Lo cierto es que esta afirmación es cierta y remarca la importancia de un buen descanso.
Nuestro ritmo de vida hace que, en muchas ocasiones, las horas del día no nos basten para nuestras actividades y nos robemos horas de sueño para poder llegar a todo. ¡Gran error!
Del mismo modo, el estrés, las preocupaciones o las épocas en las que tenemos más ansiedad pueden provocar que nuestro descanso no sea el adecuado. Todo ello puede impactar negativamente en nuestros hábitos alimenticios.
La importancia de dormir bien
Dormir bien es esencial para recuperar energía y afrontar el siguiente día con el cuerpo descansado. ¿A que cuando hemos dormido mal cualquier actividad se nos hace un mundo?
Los expertos señalan otros beneficios de un buen descanso. Según la Fundación Española del Corazón, dormir nos ayuda a mejorar la memoria, a incrementar nuestra creatividad y a regenerar nuestro sistema inmunitario.
Además, contribuye a proteger nuestro corazón; la falta de sueño hace que los niveles de estrés en sangre aumenten y con ello la tensión arterial y la frecuencia cardíaca.
Tener un buen descanso también es necesario para nuestro estado de ánimo: cuando dormimos poco y mal estamos más irritables y, si es algo crónico, puede favorecer la aparición de depresión.
La relación entre dormir poco y el aumento de peso
No dormir las horas necesarias también afecta a nuestros hábitos alimenticios y a nuestro peso. El principal factor para engordar al dormir poco está en la falta de equilibrio de dos hormonas: la grelina y la leptina.
La grelina es la hormona encargada de estimular el apetito y la leptina la encargada de suprimirlo. Cuando el cuerpo no descansa lo suficiente, se reduce la secreción de leptina y aumentan los niveles de grelina.
Este proceso se traduce en levantarse por las mañanas con más hambre de lo habitual. Además, se prefieren especialmente los alimentos ricos en azúcares e hidratos de carbono.
La razón es que nuestro cuerpo busca en estos alimentos reponer la energía que no se ha recuperado al no haber descansado. Esta sería el motivo por el cual, tras una mala noche, te despiertas con ganas de comer bollería o alimentos con mucho azúcar.
Recomendaciones para dormir mejor y no engordar
Uno de los primeros consejos para lograr un buen descanso es el establecimiento de unas rutinas. Procurar acostarse cada noche más o menos a la misma hora favorecerá que el organismo se relaje.
Además de seguir unas rutinas fijas, otros consejos para tener un sueño reparador son:
- No vayas a dormir con el estómago lleno. Procura cenar al menos dos horas antes de acostarte, para que a tu cuerpo le dé tiempo a hacer la digestión.
- En el dormitorio, sin distracciones. No tengas televisión, ordenador u otros dispositivos electrónicos en tu dormitorio y evita meterte en la cama a revisar el móvil. Esta clase de hábitos te activen en lugar de favorecer la relajación.
- Siesta sí, pero corta. Si tienes la costumbre de dormir siesta, intenta que sea antes de las 3 de la tarde y no más de media hora.
- Practica ejercicio. La actividad física hará que tu cuerpo se canse, lo que favorecerá un sueño profundo. Además es esencial para mantenerte en forma.
- Reduce el consumo de bebidas excitantes y del alcohol. Las bebidas con cafeína y teína pueden generar problemas para conciliar el sueño, por lo que es aconsejable reducir las cantidades, especialmente por la tarde. En cuanto al alcohol, si bien es un supresor del sistema nervioso, este efecto pasa a las pocas horas y puede provocar que nos despertemos por la noche.
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