En el post anterior, el último del 2017, hablábamos de que lo de hacer propósitos de año nuevo muchas veces cae en saco roto y por ello te proponíamos agradecer lo que ya eres y lo que ya has conseguido. Si además de ello te has quedado con las ganas de llevar a cabo algún cambio en el 2018 que mejore tu bienestar y potencie tu salud, te proponemos algo muy concreto: vegetarianizar tu dieta. Oh yeah!
Es más fácil de lo que parece: con unos sencillos cambios, reducirás el consumo de productos de origen animal y aumentarás el de productos vegetales, notando beneficios en tu bienestar y tu nivel de energía, ¿quieres saber cómo?
¿Consumimos demasiada proteína animal?
Los datos demuestran que sí, en concreto comemos demasiada carne. Así lo corroboró la Asociación Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) en 2011, comprobando que los españoles consumimos unos 160 gr. de proteína animal al día, cuando lo aconsejable son 50-70 gr. diarios. Las recomendaciones de la OMS son consumir entre 0.8 y 1 gramo de proteína por cada kg de peso en un adulto sano. Por esta razón, se aconseja reducir el consumo de carne a solo dos veces a la semana y otorgar más protagonismo a las proteínas de origen vegetal, presentes en hortalizas, legumbres o frutos secos, entre otros.
¿Por qué es conveniente moderar la ingesta de carne?
El consumo de carnes o embutidos en grandes cantidades se relaciona con la acumulación de grasas saturadas en el organismo y, en consecuencia, con un mayor riesgo de padecer sobrepeso u obesidad. Todo ello, a su vez, aumenta las posibilidades de sufrir problemas cardiovasculares.
En 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) despertó las alarmas al relacionar el consumo de carne roja con un mayor riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, principalmente de colon. Estos estudios no implicaban que el consumo de carnes rojas produzca cáncer, pero sí advierten que un consumo excesivo puede generar aparición de células cancerígenas. Puedes leer el estudio de la OMS aquí.
Además, el consumo excesivo de proteínas de origen animal puede favorecer la aparición de cálculos renales. Las purinas presentes en las carnes son metabolizadas como ácido úrico. Si los niveles de ácido úrico son elevados, pueden generar la temida gota o depositarse en los riñones y formar arenillas o cálculos.
¿Cómo reducir el consumo de carne?
Una buena manera de empezar a reducir la ingesta de carne es sumarse al movimiento de los Lunes sin Carne (#meatlessmonday o #lunessincarne tal y como se promueve en Instagram y en Twitter). Es una campaña que tiene como objetivo no tomar carne ni sus derivados un día a la semana. La finalidad es concienciar acerca de la importancia de moderar la cantidad de carne y proteína animal e ir incorporando estos consejos al resto de días de la semana. Aquí puedes leer más información acerca de esta campaña.
Reducir nuestro consumo de carne no implica reducir las proteínas de nuestra dieta. Hay multitud de alimentos de origen vegetal ricos en proteínas del alta calidad que puedes tomar en su lugar:
- Soja
- Tofu
- Garbanzos
- Guisantes
- Quinoa
- Lentejas
- Arroz
- Frutos secos
¡Las combinaciones son infinitas!
¿Quieres alguna receta o idea que te ayude a conseguir este objetivo? Te proponemos algunas de nuestro blog:
¿Te unes al reto?
Empieza por no consumir carne un día a la semana y poco a poco aumenta el consumo de alternativas vegetales hasta que la carne esté presente en tu dieta una o dos veces a la semana. Además, procura dar más protagonismo a la carne blanca (pollo o pavo) sobre la roja.
Si este tema te ha interesado y quieres ir más allá, en Salud-10 nuestro equipo puede asesorarte acerca de las dietas vegetariana y vegana. Haciendo clic aquí puedes leer más acerca de estas opciones de alimentación y solicitar una visita informativa gratuita con nosotros para recibir más información.